Volvemos de las vacaciones navideñas con muchas más ganas de aprender y de disfrutar aprendiendo.
Este nuevo trimestre lo comenzamos guardando todos los adornos de navidad, despidiendo al señor otoño y dando la bienvenida al señor invierno.
Con los primeros fríos, desempolvamos la caja del invierno para descubrir las sorpresas que nos trae esta nueva estación del año.
Y comenzamos a elaborar nuestro libro del invierno,
a conocer el vocabulario relacionado con esta estación.
y volvemos a aprender a través de los cuentos.
Escuchando con atención el cuento de Roque, el muñeco de nieve y realizando diferentes actividades,
hemos conocido nuevo vocabulario, descubierto las prendas de abrigo, repasado las partes del cuerpo, conceptos como frío/caliente, Grande/pequeño, círculo, triste/contento, y conocido la letra R.
Roque es un muñeco
de nieve. Para ser un muñeco de nieve no es suficiente con estar hecho de
nieve, hacen falta otras cosas. Roque está hecho con dos grandes bolas de
nieve. Una de ellas forma su cuerpo y la otra, algo más pequeña es su cabeza.
Con estas dos bolas de nieve, Roque tiene su cuerpo y su cabeza, pero aún no es
Roque, podría ser cualquier muñeco de nieve.
Roque ha aparecido
esta mañana, esta mañana el suelo estaba cubierto de nieve y los niños y niñas
del cole han colocado las dos bolas durante su recreo, pero han tenido que
volver a clase y Roque no ha terminado de crearse. Roque esta triste porque le
faltan aún cosas para ser un lindo muñeco de nieve, no puede hablar porque no
tiene boca, no puede mirar porque no tiene ojos, pero si puede pensar porque
tiene cabeza.
Roque espera
impaciente el final de la clase para que los niños y niñas de la clase terminen
de crearle y ser así Roque. Pero al terminar las clases todos los pequeños
salen corriendo y van con sus papás, ninguno se acuerda de Roque. Esto le apena
mucho.
Una mañana pasaron
por allí dos niños, quienes miraron a Roque y vieron que le faltaba muchas
cosas para ser un muñeco de nieve así que rápidamente con una zanahoria le
colocaron una nariz, con dos viejos botones sus ojos le pusieron.
Roque empezó a estar
contento porque empezaba a tener vida, ya podía ver y oler. Dos ramas se
transformaron en sus brazos, una bufanda abrigaba su cuello y un bonito
sombrero adornaba su cabeza. Que contento estaba Roque.
Pero aún le falta
algo, Roque aún no tenía boca, para poder hablar, sonreír, bostezar, silbar,
cantar y reír. Los niños buscaron algo para hacer la boca de Roque, y
encontraron un lindo lazo rojo.
Por fin el muñeco de
nieve estaba terminado, Roque ya era Roque, único y especial, distinto a
cualquier muñeco de nieve.
Roque fue muy feliz
durante todo el invierno.
COLORÍN, COLORADO ESTE CUENTO SE HA TERMINADO.
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