«Emprendamos juntos este camino hacia un mundo más generoso e incluyente». (Secretario General, Ban Ki-mooncon )
Por cuarto año consecutivo se celebró ayer , 2 de abril, el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Edificaciones emblemáticas de todo el mundo se iluminaron de azul, color elegido para simbolizar este trastorno, pues tiene que ser tan visto y conocido como el tono del cielo.
Este color representa de alguna manera lo que viven a diario las familias y las personas con autismo, "hay veces que el azul es brillante como el mar en un día de verano, y otras veces, ese azul oscurece y se disipa como un mar de tempestad."
Se estima que unos 50.000 menores en España padecen un Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los Trastornos del Espectro Autista son un conjunto de alteraciones que afectan al desarrollo infantil principalmente en tres áreas: alteraciones en sus habilidades de comunicación y lenguaje, alteraciones en sus habilidades de interacción social, y un repertorio muy restringido de intereses y comportamientos. 
A lo largo de su historia, el Sistema de las Naciones Unidas ha promovido los derechos y el bienestar de los discapacitados, incluidos los niños con discapacidades de desarrollo. En 2008, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad entró en vigor, reafirmando el principio fundamental de universalidad de los derechos humanos para todos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (A/RES/62/139 
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"María y yo",se trata de la adaptación al cine documental del cómic del mismo nombre escrito por el ilustrador Miguel Gallardo, padre de una adolescente autista que es la protagonista de la historia. La película, dirigida por el catalán Félix Fernández de Castro, cuenta una semana de vacaciones de María con su padre en Canarias.
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